Ermita de S. Sebastián

El punto amarillo. Lugar donde se ubicaba la ermita de San Sebastian

Al Norte del casco urbano de Guadramiro y apenas a unos pasos de éste, se alzaba la ermita de San Sebastián.

Estaba justo al lado de lo que hoy en día se conoce como el matadero, entre los caminos de Barceo y del caño de las Rodillas.

Esta ermita era propiedad de los Marqueses de Guadramiro, y desapareció en la misma época que el Palacio,  cuando descendientes de los Marqueses ya arruinados decidieron vender su patrimonio, el cual fue derrumbado por los compradores. Tras la guerra, en el año 1940 todavía estaban en pie tanto el palacio como la ermita de San Sebastian y en la década de los 60 aun se podian ver restos de los paredones de la ermita. Estos fueron totalmente derrumbados allá por el año 1970 para convertir el solar en una cortina para sembrar cereales.

Se trataba de una ermita de buenas proporciones con su cuerpo de iglesia y capilla. A ambos lados de la portada de entrada tenía dos ventanas redondas. Tenía una sola campana esta ermita sujeta en una pequeña espadaña.

Restos encontrados en la zona donde se ubicaba la ermita de San Sebastián en Guadramiro, probablemente procedentes de la espadaña.

La ermita, como dicho nombre indica, estaba dedicada a San Sebastián, cuya imagen hoy se guarda en la única ermita existente en Guadramiro, en la ermita de Nuestra Señora del Árbol.

Pero dicha ermita, tenía una capilla también dedicada al Niño de los Remedios. Era sabido que Los Marqueses de Castellanos, no solo los que habitaban en Guadramiro, sino en otras localidades y ciudades veneraban al Niño de los Remedios.

El Niño de los Remedios de Guadramiro, cuando se vendió la ermita, se trasladó a la pequeña iglesia de la aldea de Picones, puesto que allí (en Picones) quedaba un descendiente de dichos Marqueses. Actualmente la escultura sigue ocupando un lugar en esa iglesia.

Imagen de San Sebastián, que ahora ocupa un lateral de la ermita del árbol.

San Sebastián siempre tubo una de las cofradias más importantes de Guadramiro, la cual poseia bastante patrimonio.

Numerosos eran los bienes raíces pertenecientes a la cofradía de San Sebastián. En la misma calle del Caño Las Rodillas, dicha cofradía tenía una casa de once varas de frente por veintiseis de fondo. Otros bienes, repartidos por el casco y el término del pueblo, consistían en prados y cortinas. Una de éstas se hallaba situada en la calle San Sebastián y otra en la calle de los Hornos. Otras cortinas, repartidas por el término, localizábanse en los pagos siguientes: Valredondo, el Moralito de Santa Lucía, La Cruz de Alba, Valmelero, El Villar del Medio, el Valle de Doña Abril, la mata el Cepo, el Concejil, Fuente Sardón, el Campo de Excusa, Los Campijones, el Olmo, Salvador Pérez, Las Garamasinas, Val de Gejo, Val de las lastras, las Navas de Riguera, etc.

La cofradía de San Sebastían radicaba en la ermita del mismo nombre, la cual era atendida, a mediados del siglo XVIII, por un vecino del pueblo llamadao Juan Galán, en calidad de mayordomo de la misma.

Otro de los detalles que atestiguan la existencia de dicha ermita y que la siguen recordando hoy en día es el nombre de una calle que sube hacía el lugar donde se hallaba tal construcción.